En la mitología griega, Escila y Caribdis son dos monstruos marinos aterradores que hacen que el viaje a través del estrecho de Mesina (entre Italia y Sicilia) sea casi imposible. Encarnan los peligros de navegar por el estrecho, donde los marineros se enfrentaban al desafío mortal de elegir entre dos peligros igualmente fatales.
Escila:
el monstruo de seis cabezas
Escila fue una vez una hermosa ninfa, pero la hechicera Circe la transformó en una criatura monstruosa, celosa de su belleza. En su forma monstruosa, Escila era representada con seis cabezas en cuellos largos y similares a serpientes, cada cabeza con tres filas de dientes afilados como navajas. Su parte inferior del cuerpo estaba rodeada de perros gruñendo. Escila se escondía en una cueva a lo largo de los acantilados y devoraba a cualquier marinero que se atreviera a pasar demasiado cerca, arrebatándolos de sus barcos con sus poderosas mandíbulas.
Odiseo, el héroe de la Odisea de Homero, se topó con Escila en su viaje de regreso a casa. Para evitar el remolino de Caribdis, decidió pasar más cerca del lado del estrecho de Escila. Odiseo siguió el consejo de Circe, quien le había advertido que era mejor perder algunos hombres a manos de Escila que correr el riesgo de que Caribdis se tragara todo su barco. A pesar de su coraje, solo pudo observar con horror cómo Escila capturaba a seis de sus hombres.
Caribdis: el remolino voraz
Frente a Escila, en el estrecho, se encontraba Caribdis, un remolino enorme e insaciable.
Según el mito, Caribdis era originalmente una ninfa marina, pero Zeus la transformó en un monstruo como castigo por robar el ganado de Heracles. Caribdis fue maldecida a vivir como un remolino, absorbiendo y escupiendo eternamente grandes cantidades de agua tres veces al día, creando un vórtice lo suficientemente fuerte como para arrastrar barcos enteros y ahogar a sus tripulaciones.
En la Odisea, Odiseo logró pasar por delante de Caribdis al acercarse a la guarida de Escila. Sin embargo, más adelante en su viaje, no tuvo tanta suerte. Cuando Zeus destruyó su barco, Odiseo apenas sobrevivió aferrándose a un trozo de los restos. Caribdis casi se lo traga entero, y solo escapó agarrándose a una higuera sobre su vórtice y esperando a que ella liberara las aguas.
Simbolismo de Escila y Caribdis: elegir entre dos males
Escila y Caribdis han llegado a simbolizar la difícil elección de navegar entre dos peligros, donde evitar un riesgo casi inevitablemente conduce a encontrarse con otro. Este concepto se ha adaptado al dicho “entre Escila y Caribdis”, que significa “entre la espada y la pared”. Subraya el antiguo tema griego de afrontar los desafíos de la vida con valentía y resiliencia, a menudo eligiendo el menor de dos males para sobrevivir al viaje.